Lee y comparte juntos Biblia y Devocional: Más de 200 historias bíblicas y 50 devocionales

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by Gwen Ellis
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by Gwen Ellis

Hardcover(Spanish-language Edition)

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Historias de la Biblia fáciles de entender y devocionales entretenidos son la forma perfecta para que los pequeños se vayan a dormir sintiéndose seguros y bendecidos.

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Product Details

ISBN-13: 9781602558755
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 07/02/2013
Edition description: Spanish-language Edition
Pages: 656
Product dimensions: 6.90(w) x 8.10(h) x 1.60(d)
Language: Spanish
Age Range: 8 - 12 Years

About the Author

Gwen Ellis es autora del éxito de librería Read and Share® Bible y de la línea completa de productos Read and Share®. Es propietaria de Seaside Creative
Services, una empresa de servicios editoriales y expositivos.

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LEE y COMPARTE Juntos Biblia y devocional

Más de 200 historias bíblicas favoritas y 50 devocionales


By Gwen Ellis, Steve Smallan, Jeffrey Ebbeler

Grupo Nelson

Copyright © 2013Grupo Nelson
All rights reserved.
ISBN: 978-1-60255-875-5


Excerpt

CHAPTER 1

Antiguo Testamento


El primer Día

Génesis 1:1–5

En el principio Dios hizo el cielo y la tierra. Al comienzo la tierra estaba vacía y oscura, pero Dios formó la luz y la llamó día.

Luego Dios separó la oscuridad y la llamó noche. Dios cuidaba de todo.


El segundo Día

Génesis 1:6–8

En el día dos Dios dividió el aire del agua. Él puso un poco de agua por encima del aire y otro por debajo. Dios llamó al aire cielo.



El tercer día

Génesis 1:9–13

En el tercer día Dios estuvo ocupado. Él hizo océanos, lagos, cascadas y ríos. También hizo la tierra seca.

Luego hizo las plantas. Él hizo tantos tipos de árboles, flores y arbustos diferentes que nadie los puede contar todos. Dios dijo que su trabajo era bueno.



El cuarto día

Génesis 1:14–19

En el cuarto día Dios puso el sol en el cielo para calentar la tierra. Entonces vio que la noche estaba muy oscura, así que puso la luna y las estrellas en el cielo.

Después Dios hizo la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Todo lo que Él hizo era bueno.


El quinto día

Génesis 1:20–23

El quinto día Dios hizo estrellas de mar, pulpos, ballenas y tortugas. Hizo peces pequeños y rápidos para los ríos, así como peces grandes y escurridizos para los océanos.

Dios hizo grandes aves como las águilas para elevarse en el cielo y pajaritos vigorosos como el colibrí. Dios hizo aves de todas las formas, tamaños y colores.


El sexto día

Génesis 1:24–31

Al sexto día Dios hizo los animales: perritos, vacas, caballos, gatitos, osos, lagartos, ratones, gusanos y muchos más. Todo era bueno.

No obstante, algo faltaba todavía. No había personas. Así que Dios hizo una. Cuando la hizo, la hizo parecida a Él mismo. La hizo de manera que pudiera ser su amigo.


Adán y Eva

Génesis 2:1–5, 15–22; 3:20

Dios nombró al primer hombre Adán y lo puso en un huerto hermoso. Le dio tod os los animales. Le dio todos los peces y también las aves.

Entonces Dios le dio algo más a Adán. Dios hizo una mujer para que fuera la esposa de Adán. El hombre nombró a su esposa Eva. El séptimo día Dios descansó de todo su trabajo.


La serpiente engañosa

Génesis 2:16–17; 3:1–6

Dios les dio a Adán y a Eva una regla: «Coman cualquier cosa que quieran excepto la fruta del árbol que está en medio del huerto».

Una serpiente vieja y engañosa vino a Eva y le dijo: «Cómelo, así lo sabrás todo igual que Dios». Entonces Eva comió la fruta, le dio a Adán y él también comió.


Fueradel Huerto

Génesis 3:8–24

Una tarde Dios vino a visitar a Adán y a Eva pero ellos estaban escondidos. Cuando Dios los encontró les preguntó: «¿Qué has hecho?» Adán le contó todo. Dios se entristeció.

Por haber desobedecido a Dios, Adán y Eva tuvieron que salir del hermoso huerto. En cuanto estuvieron fuera del huerto, Adán y Eva tuvieron que trabajar muy duro para cultivar alimentos.



Noé

Génesis 6

Muchos años más tarde en la tierra había cantidad de personas, pero la mayoría de ellas eran malas. Un hombre, llamado Noé, era bueno. Él obedecía a Dios. «Quiero que construyas un barco», le dijo Dios a Noé.

Noé comenzó en seguida. La gente se reía de él pues ellos vivían en un desierto y no había agua para su barco. Pero Noé continuó construyendo el barco.


El gran barco

Génesis 7:1–15

Cuando estuvo listo el barco, Dios dijo a Noé y a su familia que entraran al barco. Entraron sus hijos Sem, Cam y Jafet. Y también las esposas de ellos y la de Noé.

«Ahora trae dos de cada especie animal», le dijo Dios a Noé. Noé hizo exactamente lo que Dios le dijo que hiciera y Dios lo protegió.


Dentro del barco

Génesis 7:16–24

Cuando el último animal subió dentro del barco, Dios cerró la puerta. ¡Plip! ¡Plop! ¡Plip! Comenzó a llover. Llovió tanto, que el agua estaba sobre las praderas. Llovió tanto, que el agua cubrió los pueblos. Llovió tanto, que hasta cubrió las montañas.

Pero dentro del barco, todos estaban a salvo.


La paloma

Génesis 7:12; 8:1–19

Después de 40 días y 40 noches, la lluvia paró. No obstante, no era tiempo aún para bajar del barco. Había agua por todas partes. Un día Noé dejó salir a una paloma pequeña para ver qué pasaba en la tierra.

La paloma trajo de vuelta una hoja verde. ¡Hurra! ¡Las plantas estaban creciendo de nuevo! ¡Ya casi era el momento de salir!


El arco iris

Génesis 8:18–22; 9:1–17

Cuando cada uno estuvo fuera del barco, Noé construyó un altar. Él dio gracias a Dios por mantenerlos a salvo. ¡Entonces ocurrió algo maravilloso!

Dios puso un arco iris hermoso en el cielo y le hizo a Noé una promesa. Dios dijo: «Nunca más habrá un diluvio como este sobre toda la tierra». Cuando Dios hace una promesa, la cumple.


Babel

Génesis 11:1–9

Muchos años más tarde en la tierra había cantidad de personas. Todas hablaban el mismo idioma. Algunas personas que vivían en la ciudad de Babel se volvieron demasiado orgullosas. Ellas dijeron: «Vamos a construir una torre que llegue hasta el cielo. Seremos famosos».

Dios provocó que ellas hablaran diferentes idiomas, de manera que no pudieran hablar unas con otras. Al no entenderse entre ellas, dejaron de construir la torre.


Abram

Génesis 12:1–3; 15:5; 22:17

Dios eligió a Abram para ser el padre de una familia muy importante. En un día futuro, Jesús vendría de esa familia.

Dios le dijo a Abram: «Yo te haré famoso. Tus hijos y nietos serán tantos como las estrellas. Serán tantos como los granos de arena en la playa. Tú no podrás contarlos».


La tierra prometida

Génesis 12:1–9

Dios le dijo a Abram que se mudara a un lugar nuevo. Abram no tenía mapas. Dios le dijo: «Yo te mostraré a dónde ir». Abram salió caminando. Llevó con él a su mujer, su sobrino y a sus sirvientes.

Cuando Abram y su familia llegaron a una tierra llamada Canaán, Dios le dijo: «Este es tu nuevo hogar. Lo entrego a ti y a todo aquel que alguna vez sea parte de tu familia».


Los visitantes de Abraham

Génesis 17:1–8; 18:1–8

Cuando Abram tenía 99 años, Dios le cambió el nombre por Abraham. Su nuevo nombre mostraba que él pertenecía a Dios. Poco tiempo después, tres hombres vinieron a la tienda de Abraham y él los invitó a almorzar.

«¡Rápido! Hornea un poco de pan», le dijo Abraham a su esposa. Mientras tanto Abraham se apresuró a cocinar algo de carne. Cuando la comida estuvo lista, Abraham la trajo a sus visitantes. Los hombres se sentaron a comer.


Sara se ríe

Génesis 18:9–16

Cuando uno de los visitantes terminó de comer, preguntó: «¿Dónde está Sara tu esposa?» «Ella está allá en la tienda», respondió Abraham. «El próximo año Sara tendrá un bebé», dijo el visitante.

Sara lo escuchó y se rió. Ella no podía creerlo. Pensó: Soy muy anciana para tener un bebé y Abraham también es muy anciano.


El bebé Isaac

Génesis 21:1–7

Aproximadamente al año, Sara tuvo un varoncito, tal como Dios lo había prometido. Abraham llamó al bebé Isaac. El nombre Isaac signifi ca «risa».

Sara estaba muy feliz con su bebé. Ella dijo: «Dios me ha hecho reír. Todos los que sepan de esto reirán conmigo».


Una esposa para Isaac

Génesis 24:1–14

Muchos años más tarde, Isaac se hizo adulto. Entonces Abraham le dijo a su sirviente: «Ve a la tierra de donde yo vine y busca una esposa para mi hijo».

El sirviente cargó camellos con todo tipo de regalos preciosos. Después de llegar a la tierra lejana, no estaba seguro de cómo encontrar una esposa para Isaac. En un lugar donde las jóvenes venían a cargar agua, él oró: «Permite que la joven apropiada me dé agua».


Agua para los camellos

Génesis 24:15–20

Antes de que el sirviente terminara de orar, una hermosa joven vino a cargar agua. El sirviente le preguntó: «¿Me darías un poco de agua por favor?»

«Sí», dijo ella. «Yo daré agua a tus camellos también». Fue un trabajo fuerte. Los camellos sedientos pueden beber mucha agua. Ella iba de acá para allá sirviendo agua para todos los camellos.


Rebeca

Génesis 24:21–61

El sirviente supo que aquella mujer sería la esposa de Isaac. Su nombre era Rebeca. El sirviente llevó regalos a la familia de Rebeca y preguntó si Rebeca podía casarse con Isaac.

Su padre dijo que sí y Rebeca también estuvo de acuerdo en casarse. Así que ella se fue de regreso con el sirviente para conocer a Isaac.


Isaac y Rebeca

Génesis 24:62–67

Los camellos se bamboleaban y tropezaban a lo largo de todo el camino hasta Canaán donde Isaac viv ía. Una tarde justo antes de la puesta de sol, los camellos se detuvieron.

Un hombre joven caminaba por el campo. Él miró y vio los camellos. Su novia había llegado. Isaac amó a Rebeca. Él se casó con ella.


Los mellizos

Génesis 25:21–26

Durante muchos años Rebeca no pudo tener hijos. Así que Isaac oró al Señor por este problema. Dios escuchó a Isaac y envió dos bebés, mellizos. Cuando nacieron los mellizos, uno era todo rojizo y velludo. Isaac y Rebeca lo llamaron Esaú.

El otro mellizo tenía una piel lisa. Ellos lo llamaron Jacob. Algún día cuando fueran adultos estos niños serían los líderes de dos familias grandes.


El pillo Jacob

Génesis 25:27–34

Los niños crecieron y un día Esaú regresó de cazar. Jacob estaba cocinando. «Tengo hambre. Dame un poco de ese caldo», dijo Esaú.

Jacob era un pillo. Él le dijo: «Dame tus derechos como hijo mayor y yo te daré del caldo». Esaú aceptó: «Está bien. Si muero de hambre, mis derechos no me van a ayudar».


El tonto Esaú

Génesis 25:34; 27:1–37

Jacob le dio a Esaú un tazón grande de caldo y él se lo comió. Esaú ni siquiera sabía que había sido engañado.

Tiempo después Esaú comprendió lo que le costó aquel tazón de caldo. Isaac, el padre de ellos, entregó todo lo que él tenía a Jacob lo cual debió haber sido para Esaú. Este había sido un tonto.


Una escalera al cielo

Génesis 27:41–46; 28:10–18

Cuando Esaú se dio cuenta de que Jacob lo había engañado, se enojó mucho. Jacob tuvo miedo y escapó de él. Aquella noche en el desierto, Jacob tuvo que dormir al aire libre con una roca bajo su cabeza como almohada.

Jacob soñó con una escalera hacia el cielo llena de ángeles. Dios le habló a Jacob en el sueño y prometió bendecirlo.


Raquel

Génesis 29:1–20

Jacob continuó su viaje, recorriendo una gran distancia hasta la casa de su tío Labán. Allí conoció a Raquel, la hermosa hija de Labán. Jacob se enamoró de ella.

Jacob le dijo a Labán: «Me quedaré aquí y trabajaré para ti si dejas que me case con Raquel». Así Jacob se quedó y trabajó siete años por la mujer que amaba.


¡Engañado!

Génesis 29:21–24

Después de siete años de trabajo duro, por fi n llegó el momento de la boda de Jacob. Todos se vistieron para la boda. La novia tenía un velo grueso sobre la cara. Era tan grueso que Jacob no podía ver a través del velo.

Adivinen qué pasó. Labán engañó a Jacob. Raquel no estaba debajo del velo. Era Lea su hermana en lugar de ella.


De nuevo en casa

Génesis 29:25–30; 31:1–55

Jacob se enojó con Labán. «¿Qué has hecho?», le preguntó Jacob. Labán le dijo: «Trabaja un poco más y también te daré a Raquel». Jacob se casó con Raquel después de trabajar siete años más.

Entonces Jacob decidió dejar al engañador padre de Raquel. Él tomó a su familia y todo lo que tenía y comenzó el regreso a casa.


Jacob lucha con Dios

Génesis 32:26–28

Cuando ya casi llegaban a casa, un sirviente le dijo: «Tu hermano Esaú viene hacia acá». Jacob pensó que Esaú venía a hacerle daño. Jacob tuvo miedo y oró: «¡Dios, sálvame de mi hermano!»

Aquella noche un hombre, quien en realidad era Dios, se le apareció. Jacob luchó con el hombre. «Bendíceme», le dijo Jacob. Dios bendijo a Jacob y le cambió su nombre por Israel.


Jacob y Esaú se encuentran

Génesis 33

A la mañana siguiente vino Esaú. Jacob se inclinó ante él con temor. ¡Sorpresa! Esaú estaba feliz de ver a Jacob. Esaú corrió hacia Jacob y le dio besos y abrazos.

«¿Quiénes son todas esas personas?», preguntó Esaú. «Son los míos», respondió Jacob. «Dios ha sido bueno conmigo». Los hermanos volvieron a ser amigos.


Los sueños de José

Génesis 37:1–8

Jacob tuvo 12 hijos varones. Los amó a todos, pero amó más a José. A José le gustaba hablar de sus sueños a sus hermanos. Él les dijo que en un sueño, los doce hermanos tenían manojos de trigo.

Entonces once manojos se inclinaban a su manojo. ¡Aaaah! Esto hizo enojar a sus hermanos mayores. Ellos le dijeron: «Tú no eres el rey sobre nosotros».


José el esclavo

Génesis 37:3, 12–20

Jacob le regaló a José un manto bonito de mangas largas. Esto puso celosos a sus hermanos.

Un día Jacob dijo: «José ve a chequear a tus hermanos». Así que José salió tranquilamente. Sus hermanos lo vieron venir. «Ahí viene el soñador», dijeron. «Librémonos de él». ¡Ten cuidado, José!


Venden a José

Génesis 37:21–28

Los hermanos odiaban a José. Sin embargo, uno de ellos dijo: «No le hagamos daño. Sólo echémosle en este pozo». Él planeaba rescatar más tarde a José. Así que le quitaron su manto y lo lanzaron al pozo.

Entonces, algunos hombres en camellos pasaban por allí. «Eh», dijeron los hermanos, «vendámoslo para que sea un esclavo». Ellos vendieron a su propio hermano.


El manto de José

Génesis 39:1–6

José no estaba solo. Dios lo estaba protegiendo. Pronto un hombre rico llamado Potifar lo compró para que fuera su esclavo. José trabajó e hizo muy bien todo lo que Potifar le pidió que hiciera.

Por esto Potifar puso a José a cargo de toda su casa y todos tenían que obedecerle.


José y Potifar le creyó a ella.

Génesis 39:6–20

Todo iba de maravilla para José, hasta que un día la esposa de Potifar trató de engañarlo. Ella dijo mentiras acerca de

Potifar mandó a José a la cárcel. ¡Pobre José! Sus hermanos lo vendieron, una mujer mintió acerca de él y luego lo lanzaron a la cárcel. Eso no era justo. Pero Dios tenía un plan para José.


José explica sueños

Génesis 40:1–13, 20–21

En la cárcel, uno de los prisioneros, le contó a José un sueño que había tenido. José escuchó con atención y Dios le mostró qué signifi caba el sueño de aquel hombre.

José le dijo que en tres días el hombre estaría trabajando para el rey de Egipto como lo hacía antes de que lo mandaran a la cárcel. Por supuesto, eso mismo sucedió.


El sueño del panadero

Génesis 40:16–22

Otro prisionero soñó que tenía tres canastas de pan que había horneado para el rey. En su sueño las aves se comían todo el pan.

José no tenía muy buenas noticias acerca de este sueño. Él le dijo: «Dentro de tres días morirás». José dijo la verdad.


El sueño del rey

Génesis 41:1–36

Una noche el rey de Egipto soñó que siete vacas fl acas salían del río y se devoraban a siete vacas gordas. Nadie podía explicar qué signifi caba aquel sueño.

«Llamemos a José», dijo el primer hombre que había contado en la cárcel su sueño a José. Lo hicieron así y Dios mostró a José qué significaba el sueño del rey. Serían siete años de mucha comida y luego serían siete años casi sin comida.


José al mando

Génesis 41:37–43

Cuando el rey escuchó lo que José dijo, hizo algo asombroso. Él puso a José al mando para juntar comida sufi ciente para alimentar a todos durante el tiempo de hambre.


El rey se quitó su anillo real y lo puso en el dedo de José. Le dio a José ropas finas para usar y puso una cadena de oro alrededor de su cuello. El rey hizo que José montara en una de las carrozas reales y todos tenían que hacer reverencia delante de él.


Los hermanos de José visitan Egipto

Génesis 41:46–42:6

Durante los próximos siete años, José almacenó gran cantidad de comida. Entonces el tiempo de hambre llegó. Fue malo para otras tierras pero el pueblo de Egipto tenía comida.

La familia de José, en su tierra natal, tenía mucha hambre. «Vayan a Egipto y compren grano», dijo Jacob a sus hijos. Así que diez hermanos hicieron sus maletas y se fueron a Egipto. El hermano menor, Benjamín, se quedó en casa.


¡Espías!

Génesis 42:7–20

Cuando los hermanos llegaron al palacio, José supo al instante quiénes eran ellos, pero no lo reconocieron.

«Ustedes son espías», dijo José para probarlos. Ellos respondieron: «No, nosotros hemos venido para comprar comida». Ellos le contaron a José todo acerca de su familia.

José les dio comida pero les dijo que si alguna vez regresaban debían traer al hermano menor.


(Continues...)


Excerpted from LEE y COMPARTE Juntos Biblia y devocional by Gwen Ellis. Copyright © 2013 by Grupo Nelson. Excerpted by permission of Grupo Nelson.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
Excerpts are provided by Dial-A-Book Inc. solely for the personal use of visitors to this web site.

Table of Contents

Contents

Historias del Antiguo Testamento.................     1     

El Principio....................          

El diluvio....................          

Babel....................          

La familia de Abraham....................          

Moisés....................          

Balán....................          

La Tierra Prometida....................          

Débora....................          

Gedeón....................          

Sansón....................          

Rut y Noemí....................          

Ana....................          

Samuel....................          

David....................          

Salomón....................          

Elías....................          

Elías y Eliseo....................          

Eliseo....................          

Joás....................          

Ezequías....................          

El Pueblo de Dios esclavizado....................          

Ester....................          

Job....................          

Palabras sabias....................          

Isaías....................          

Sadrac, Mesac y Abed-nego....................          

Daniel....................          

Jonás....................          

Historias del Nuevo Testamento...................     291     

El nacimiento de Jesús....................          

El niño Jesús....................          

Juan el Bautista....................          

La vida de Jesús....................          

La muerte y resurrección de Jesús......          

El Espíritu Santo viene....................          

Saulo se convierte en Pablo....................          

Pedro....................          

Los viajes de Pablo....................          

Lo mejor está por venir....................          

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