Una propuesta diferente para vivir mejor – 7 Principios de la Prosperidad Integral

Entrevista al Dr. Andrés Panasiuk por Ernesto Martínez, comprador de libros en español de Barnes & Noble.

Dr. Panasiuk, en nombre de Aroma a libros, el blog de Barnes & Noble, ¡le felicitamos por su amplia y muy exitosa carrera como consejero financiero! En ocasión del lanzamiento de la versión actualizada y ampliada de su libro, le consultamos sobre los siguientes temas:

1. Menciona en su libro que el contenido ha evolucionado con el paso del tiempo. Sin embargo, afirma que los 7 principios de la prosperidad integral siguen vigentes (la renuncia, la felicidad, la paciencia, el ahorro, la integridad, el amor, la compasión y el dominio propio), ¿podría explicarnos por qué?

La razón por la que el contenido del libro debe evolucionar es porque las personas tenemos una evolución también en la forma en la que experimentamos la vida -tanto en lo económico como en lo social.  Sin embargo, a pesar de que vivimos la vida diferente hoy de lo que la vivíamos hace 20 años, todavía los Principios «P» son aplicables a nuestra realidad.  

Ese fue uno de los grandes descubrimientos que hice al realizar el trabajo de investigación para mi primer libro:  que existen «principios» universales que nos guían naturalmente por la senda hacia la Prosperidad Integral.  Si los obedecemos, nos va bien.  Si los desobedecemos (aunque ni siquiera los conozcamos), tendremos dolores de cabeza.

El día de hoy construimos puentes y edificios con los mismos principios de construcción que usaron los romanos durante su imperio.  El paso del tiempo no afecta la validez de los principios, sólo su aplicación práctica.

2. Profundizando en cuanto al Principio de la felicidad, ¿es común que las personas condicionen su felicidad con su estabilidad, o inestabilidad, económica? Si es así, ¿cómo podemos revalorar nuestras vidas para ver más allá del dinero?

Si.  La sociedad de consumo a través de los medios masivos de comunicación y las redes sociales nos han vendido una mentira:  que las cosas nos van a hacer más felices.  Esa es una farsa -y cualquier persona que tenga abundantes recursos económicos puede dar fe de lo que digo.  Tener dinero y cosas es divertido.  ¡Por supuesto! Siempre es más divertido tener dinero que no tenerlo.  Sin embargo, la felicidad pasa por otro lado.

La felicidad es una decisión personal.  Es un estado del alma. Y no tiene mucho que ver con la cantidad de bienes materiales que acumulamos.

Por supuesto que aquí no estamos hablando de las personas que están en una situación de pobreza profunda.  Más dinero, por supuesto, ayuda a tener más tranquilidad y a llenar las necesidades básicas de los individuos y familias. Eso me trae una mejor experiencia de vida.

Sin embargo, existe un punto en el cual más dinero realmente no mejora mi experiencia de vida ni me trae más tranquilidad.  Correr detrás del dinero en búsqueda de la felicidad es como correr detrás del comienzo del arco iris para encontrar un contenedor con grandes riquezas.

Es por eso que el Principio de la Felicidad es tan importante en la vida.  La tarea más importante en la vida es vivir.  Y para vivir abundantemente uno debe aprender a ser feliz en el lugar económico en el que uno se encuentre en cada momento de su vida -con abundancia o con necesidad, con mucho dinero en el banco o con muy poquito.  No deberíamos permitir que el dinero y las cosas nos roben la felicidad.

3. Usted afirma que la prosperidad integral se relaciona con saber ser pacientes con la gratificación que esperamos de nuestros actos. ¿Podría explicarnos este concepto para efectos de mejorar nuestra capacidad de ahorrar?

Existe un concepto en inglés llamado «Delayed Gratification» y a eso yo lo traduje como Gratificación Diferida.  La gratificación diferida es la capacidad de decir «no» a algo el día de hoy para decir que «sí» a algo mejor mañana.  Esa es la base del ahorro y los latinoamericanos ya no la estamos practicando.

Mis padres y mis abuelos se sacrificaron a sí mismos para darnos una mejor oportunidad de éxito a nosotros.  Nuestra generación es la primera generación en Latinoamérica que ha sacrificado a sus padres y está sacrificando a sus hijos en el altar de su propio hedonismo.  Nos gastamos cada peso que tenemos encima en nosotros mismos y, a veces, nos gastamos hasta lo que no tenemos, acumulando deudas en vez de capitalizarnos.

Deberíamos ahorrar regularmente entre el 5 y el 10% de todo lo que ganamos para crear un «Fondo de Emergencias»  equivalente a dos o tres meses de gastos para momentos de crisis imprevistas.  Luego de tener un fondo de emergencias, deberíamos aprender a invertir de manera sencilla y constante evitando las deudas para no desangrarnos económicamente y crear riqueza que podamos pasar a la siguiente generación.  

Eso requiere de un carácter maduro.  Requiere de paciencia y perseverancia a través del tiempo.  Cuanto antes abracemos la paciencia y la perseverancia, mejor nos irá en la creación de riqueza personal y familiar.

4. Al hablar del Principio de la renuncia, usted aconseja que las personas deben saber renunciar a ser dueñas de las cosas para entonces comportarse como administradoras de sus bienes. ¿Cuál es la diferencia entre ser dueño y administrador? 

El dueño está emocionalmente ligado a la propiedad.  El administrador, no.  En casa debemos tener la misma actitud con respecto a la administración del dinero y de las cosas de la vida que tenemos en el mundo de los negocios:  debemos despegarnos emocionalmente de las cosas para que las emociones no se nos metan en el medio del proceso de toma de decisiones.

Estar emocionalmente ligados a las cosas no nos deja tomar decisiones temprano en la crisis.  No nos permite mirar a la situación con la cabeza fría.  No nos permite seleccionar el mejor camino, aunque sea penoso o nos cause dolor.

En mi casa tenemos la política de que, cuando tenemos las cosas, las disfrutamos y cuando no las tenemos, no las extrañamos.  El dinero es una herramienta y las cosas son para disfrutarlas.  Pero nuestra felicidad no pasa por ahí.  Así que, cuando tenemos que vender el auto, la casa, el negocio o mudarnos de ciudad nunca nos ha costado hacerlo, porque vemos como las cosas como un medio y no como un fin.

5. Por último, ¿cómo podrá mejorar la economía personal y familiar del lector tras conocer los 7 principios de la prosperidad integral? 

Los Principios «P» son una brújula que nos guía en nuestro caminar por la senda de la vida.  Nos ayudan a saber dónde está el Norte, qué es lo importante y cómo deberíamos actuar.  Nos ayudan a tomar diariamente buenas decisiones.  Nos ayudan a pensar de una manera que nos dará una mejor experiencia de vida a nosotros y a las generaciones que vienen detrás.  

Son principios universales, eternos y aplicables a todas las culturas y economías.  Si los descubrimos y obedecemos -como lo hicimos en nuestra casa- nos llevará a nosotros y nuestras familias por un camino muy diferente y mucho mejor que el que hemos recorrido hasta ahora.  Enviarán a la siguiente generación por una senda mejor -la senda de la Prosperidad Integral.