Conmovedora novela sobre tres generaciones de mujeres cuyas contrariadas vidas perduran en el tiempo gracias a un inconmensurable poder, el poder del amor maternal

Entrevista al escritor Armando Lucas Correa por Ernesto Martínez, comprador de libros en español de Barnes & Noble. 

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Estimado Armando, en nombre de Aroma a libros, el blog de Barnes & Noble, ¡te felicitamos por tu nuevo libro “La viajera nocturna”! Quienes gustamos de la novela histórica, hallamos fascinante este estremecedor relato que nos transporta al pasado, desde los tiempos de la Alemania nazi, desarrollándose después durante la revolución cubana y extendiéndose hasta la caída del muro de Berlín.  

Estimado Armando, en nombre de Aroma a libros, el blog de Barnes & Noble, ¡te felicitamos por tu nuevo libro “La viajera nocturna”! Quienes gustamos de la novela histórica, hallamos fascinante este estremecedor relato que nos transporta al pasado, desde los tiempos de la Alemania nazi, desarrollándose después durante la revolución cubana y extendiéndose hasta la caída del muro de Berlín.  

Queremos brindar a nuestros lectores la oportunidad de conocer tu sentir y fuente de inspiración para la creación de esta fascinante obra de ficción.  

El relato describe la atribulada vida de las protagonistas, Ally, Lilith, Nadine y Luna, cuyas vidas se habrían visto directa o indirectamente afectadas por conflictos bélicos, persecuciones políticas o ideológicas a lo largo del relato. ¿Qué te inspiró a escribir esta historia? ¿Existe alguna sección del libro inspirada en acontecimientos propios? 

Mientras estaba realizando la investigación para La hija olvidada, comencé a estudiar sobre la eugensia y sobre el destino de los más de 60 mil negros alemanes exterminados. Una historia olvidada de la segunda guerra mundial y el holocausto. A partir de ahí comencé a desarrollar lo que sería el eje central de La viajera nocturna. La novela es ficción, pero los hechos históricos, todos, son reales. 

La viajera nocturna es tu tercera novela, considerando también La niña alemana y La hija olvidada. Aunque son lecturas que se pueden disfrutar por separado, ¿cuál es el vaso comunicante entre las tres?  

Las novelas han sido consideradas como parte de una trilogía. Yo las concebí por separado, cada una independiente de la otra. Incluso, seguiré escribiendo no solo novelas históricas, quiero incursionar también en otros géneros. Ahora, la historia del MS Saint Louis, la tragedia de los más de 900 judíos que salieron de la Alemania nazi en busca de refugio, y Cuba, Estados Unidos y Canadá les negó la entrada, es el centro de la historia en La niña alemana, pero se repite como un leit motiv, en mis otras novelas. Ese quizás sea el vaso comunicante de las tres. 

Pones en contexto los hechos históricos que marcaron la vida de los personajes de la novela ¿Cuánto tiempo te llevó investigarlos y de qué época en particular piensas que la realidad superó a la ficción? 

La niña alemana me tomó más de diez años escribirla, La hija olvidada y La viajera nocturna, unos cuatro años. Pero incluso escribiendo esas novelas, estuve preparando e investigando al mismo tiempo, la que estoy escribiendo ahora que espero terminar para el año que viene. 

El relato contiene una frase por demás impactante: ¿Cómo voy a celebrar el cumpleaños de mi hija con una vela?” Con tu novela, ¿rindes algún tipo de homenaje a aquellas familias impactadas por los estragos de las guerras? 

Las dos guerras mundiales nos pueden parecer hechos muy lejanos, pero esas dos guerras aún tienen repercusiones hoy día y han marcado a más de una generación. La historia se repite a sí misma, y como me dijo Ana María Gorman, una de las sobrevivientes del MS Saint Louis, no aprendemos de la historia. Mi homenaje es simple, mantener la historia viva, nunca olvidar. 

¿Habrá continuación de La viajera nocturna

Una continuación, no creo. La novela que estoy escribiendo ahora, Lo que fuimos ayer, abarcará todo el siglo XX y se desarrollará en Cuba y en Nueva York. Ese, sin dudas, será el libro más cubano de todos los que he escrito y está inspirado en la vida de mi abuela, una hija de inmigrantes españoles que nació al principio del 1900.