Rafael Agustín nos comparte su inspiradora historia personal, demostrándonos que en verdad “sí se puede”. Entrevista por Ernesto Martínez, de Barnes & Noble.
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Estimado Rafael, ¡felicitaciones por la publicación de tu libro Ilegalmente tuyo! En esta biografía compartes tu dura travesía y la de tus padres al emigrar desde tu natal Ecuador, a los Estados Unidos. Describes sus enormes dificultades por la falta de documentos para poder trabajar legalmente en el país o estudiar en la universidad.
Estimado Rafael, ¡felicitaciones por la publicación de tu libro Ilegalmente tuyo! En esta biografía compartes tu dura travesía y la de tus padres al emigrar desde tu natal Ecuador, a los Estados Unidos. Describes sus enormes dificultades por la falta de documentos para poder trabajar legalmente en el país o estudiar en la universidad.
Gracias a tu pasión por el cine y el teatro has podido dar la vuelta a muchas dolorosas páginas del pasado, desarrollando una prolífica carrera en la industria del entretenimiento. Como muestra de ese legado artístico está el reconocido programa de TV Jane the Virgin del cual fuiste su guionista. También sabemos que eres el CEO del Latino FILM Institute y que has obtenido múltiples reconocimientos en el mundo de los espectáculos.
La vida del inmigrante es dura, y tú lo retratas fielmente en tu biografía contando los obstáculos confrontados de joven para perseguir el “sueño americano” al lado de tus padres. Sin embargo, el subtítulo el libro es “La comedia de mi vida”. ¿Por qué has decidido llamarlo así?
Aunque nuestra vida como inmigrantes indocumentados fue muy dura en este país, lo único que me acuerdo es del amor y felicidad que me dio mi familia. Eso lo aprendí de mi madre. No importa lo tan difícil que las cosas se pongan, ella siempre tuvo una sonrisa en su cara. Puede ser algo de familia o puede ser algo cultural, pero eso aprendí de Celia: “no hay que llorar – que la vida es un carnaval”.
Hay un capítulo por demás impactante, de cuando habías alcanzado la edad para solicitar tu licencia de conducir. En ese momento tus padres te informaron que no podías hacerlo por carecer de documentos de estancia legal en el país. ¿Cómo te afectó el recibir esta inesperada noticia?
Yo pensé que era Americano. Yo vivía feliz pensando que era otro gringo pendejo en el mundo. Cuando mis padres me dicen la verdad de nuestro estatus inmigratorio, mi mundo de gringo pendejo se destruyó. Me deprimí fuerte. Pero eso fue cuando mi mamá me cambió la vida. Yo le pregunté por qué no me dijo la verdad, y ella me respondió: “tu papá y yo no queríamos que crezcas sintiéndote diferente… porque los sueños no deben de tener fronteras”.
Cuando de joven participaste en la competencia de teatro en el Kennedy Center American College Theater Festival, ¿te imaginabas que a partir de ese momento la alfombra roja se abriría frecuentemente para ti?
No. Y, lo que es más, no gané. Yo perdí el torneo en el Kennedy Center. La razón que no se siente en el libro es porque mis padres tomaron sus primeras vacaciones es este país después de catorce años para verme competir en Washington DC. Y para mí, no hay ningún premio más grande que eso: tres inmigrantes indocumentados tomando espacio en la capital de nuestro país.
Llegado el momento en que finalmente arreglaste tu situación de estancia legal en el país, ¿recordabas tus difíciles inicios con nostalgia, o los has tomado como impulsores de tu carrera?
Difinitivamente las dos cosas. Este libro siempre va a ser la protección de mis memorias. Pero todo lo que he logrado en esta vida es para honrar el sacrifico que mis padres tomaron para venir a este país. Porque ellos tuvieron la realización dura de que el sueño americano no es para ti, pero sí es para tus hijos.
Más allá de ser una extraordinaria biografía, ¿crees que tu libro puede servir también de inspiración para lectores inmigrantes?
Lo único que quería era escribir el libro que yo no tuve cuando era joven. Y hace unos meses unos estudiantes de la secundaria me ayudaron realizar mi sueño. Los estudiantes de Reavis High Shcool en Illinois interpretaron mi libro como una obra de teatro para una competencia estatal… y se llevaron primer lugar en el estado.