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Mero Cristianismo
By C. Lewis HarperCollins Publishers, Inc.
Copyright © 2006 C. Lewis
All right reserved. ISBN: 0061140015
Capitulo Uno
La ley de la naturaleza humana
Todos hemos oido discutir a los demas. A veces nos resulta gracioso y a veces simplemente desagradable, pero, sea como sea, creo que podemos aprender algo muy importante escuchando la clase de cosas que dicen. Dicen cosas como estas: «Que te pareceria si alguien te hiciera a ti algo asi?» «Ese es mi asiento; yo llegue primero.» «Dejalo en paz; no te esta haciendo ningun dano.» «Por que vas a colarte antes que yo?» «Dame un trozo de tu naranja; yo te di un trozo de la mia.» «Vamos, lo prometiste.» La gente dice cosas como esas todos los dias, la gente educada y la que no lo es, y los ninos igual que los adultos.
Lo que me interesa acerca de estas manifestaciones es que el hombre que las hace no esta diciendo simplemente que el comportamiento del otro hombre no le agrada. Esta apelando a un cierto modelo de comportamiento que espera que el otro hombre conozca. Y el otro hombre rara vez contesta: «Al diablo con tu modelo.» Casi siempre intenta demostrar que lo que ha estado haciendo no va realmente en contra de ese modelo, o que si lo hace hay una excusa especial para ello. Pretende que hay una razon especial en este caso en particular por la cualla persona que cogio el asiento debe quedarse con el, o que las cosas eran muy diferentes cuando se le dio el trozo de naranja, o que ha ocurrido algo que lo exime de cumplir su promesa. Parece, de hecho, como si ambas partes tuvieran presente una especie de ley o regla de juego limpio o comportamiento decente o moralidad o como quiera llamarsele, acerca de la cual si estan de acuerdo. Y la tienen. Si no la tuvieran podrian, por supuesto, luchar como animales, pero no podrian discutir en el sentido humano de la palabra. Discutir significa intentar demostrar que el otro hombre esta equivocado. Y no tendria sentido intentar hacer eso a menos que tu y el tuvierais un determinado acuerdo en cuanto a lo que esta bien y lo que esta mal, del mismo modo que no tendria sentido decir que un jugador de futbol ha cometido una falta a menos que hubiera un determinado acuerdo sobre las reglas de futbol.
Esta ley o regla sobre lo que esta bien o lo que esta mal solia llamarse la icy natural. Hoy en dia, cuando hablamos de las «leyes de la naturaleza», solemos referirnos a cosas como la ley de la gravedad o las leyes de la herencia o las leyes de la quimica. Pero cuando los antiguos pensadores llamaban a la ley de lo que esta bien y lo que esta mal «la ley de la naturaleza» se referian en realidad a la ley de la naturaleza humana. La idea era que, del mismo modo que todos los cuerpos estan gobernados por la ley de la gravedad y los organismos por las leyes biologicas, la criatura llamada hombre tambien tenia su icy... con esta gran diferencia: que un cuerpo no puede elegir si obedece o no a la ley de la gravedad, pero un hombre puede elegir obedecer a la ley de la naturaleza o desobedecerla.
Podemos decirlo de otra manera. Todo hombre se encuentra en todo momento sujeto a varios conjuntos de leyes, pero solo hay una que es libre de desobedecer. Como cuerpo esta sujeto a la ley de la gravedad y no puede desobedecerla; si se lo deja sin apoyo en el aire no tiene mas eleccion sobre su caida de la que tiene una piedra. Como organismo, esta sujeto a varias leyes biologicas que no puede desobedecer, como tampoco puede desobedecerlas un animal. Es decir, que no puede desobedecer aquellas leyes que comparte con otras cosas, pero la ley que es peculiar a su naturaleza humana, la ley que no comparte con animales o vegetales o cosas inorganicas es la que puede desobedecer si asi lo quiere.
Esta ley fue llamada la ley de la naturaleza humana porque la gente pensaba que todo el mundo la conocia por naturaleza y no necesitaba que se le ensenase. No querian decir, por supuesto, que no podia encontrarse un raro individuo aqui y alla que no la conociera, del mismo modo que uno se encuentra con personas daltonicas o que no tienen oido para la musica. Pero tomando la raza como un todo, pensaban que la idea humana de un comportamiento decente era evidente para todo el mundo. Y yo creo que tenian razon. Si no la tuvieran, todas las cosas que dijimos sobre la guerra no tendrian sentido. Que sentido tendria decir que el enemigo estaba haciendo mal a menos que el bien sea una cosa real que los nazis en el fondo conocian tan bien como nosotros y debieron haber practicado? Si no tenian nocion de lo que nosotros conocemos como bien, entonces, aunque hubieramos tenido que luchar contra ellos, no podriamos haberles culpado mas de lo que podriamos culparles por el color de su pelo.
Se que algunos dicen que la idea de la ley de la naturaleza o del comportamiento decente conocida por todos los hombres no se sostiene, dado que las diferentes civilizaciones y epocas han tenido pautas morales diferentes. Pero esto no es verdad. Ha habido diferencias entre sus pautas morales, pero estas no han llegado a ser tantas que constituyan una diferencia total. Si alguien se toma el trabajo de comparar las ensenanzas morales de, digamos, los antiguos egipcios, babilonios, hindues, chinos, griegos o romanos, lo que realmente le llamara la atencion es lo parecidas que son entre si y a las nuestras. He recopilado algunas pruebas de esto en el apendice de otro libro llamado La abolicion del hombre, pero para nuestro presente proposito solo necesito preguntar al lector que significaria una moralidad totalmente diferente. Piensese en un pais en el que la gente fuese admirada por huir en la batalla, on en . . .
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