Las plantas han sido parte esencial en la vida de la humanidad desde los comienzos mismos de esta, y así lo atestiguan las relaciones que las comunidades - indígenas y campesinas- han establecido con dichos recursos para la obtención de alimentos, la construcción de viviendas, la elaboración del vestido y el alivio del dolor, entre otros. Esta milenaria interacción ha dado pie a la apropiación y acumulación de una serie de conocimientos, producto de la constante observación y experimentación llevada a cabo en un largo proceso de ensayo error, dando como resultado el cúmulo que hoy llamamos conocimiento local o tradicional (Altieri 2000; Calheiros et al 2000; Zarger & Stepp 2004; FAO 2005). Con el objetivo de contribuir al rescate y la revaloración por parte de la comunidad de sus recursos fitogenéticos, como primer paso para conservarlos y promover su conocimiento entre las nuevas generaciones se propone esta guía de prácticas empleando plantas medicinales, dirigida a la educación No Formal.