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Poder para Reinventarte
Cómo Romper los Patrones Destructivos en tu Vida
By Frenn, Jason FaithWords
Copyright © 2010 Frenn, Jason
All right reserved. ISBN: 9780446568821
CAPÍTULO 1
Descubre tu porqué
CÓMO COMIENZA EL CAMBIO? No comienza cuando entendemos los errores que cometimos y entonces tratamos de corregirlos. Por el contrario, el primer paso para romper patrones destructivos es descubrir la razón por la que queremos cambiar. Es la razón la que nos tumba de nuestros asientos y hace que nos movamos en una cierta dirección. Esto se conoce como el porqué.
Al ser conferencista internacional, constantemente me preguntan: “¿Cómo puede alguien cambiar?”. Para que se produzca un cambio, el cómo no es tan importante como el porqué. Ya sea que quieras hacer dinero, perder peso, romper una adicción, detener una conducta abusiva, ascender en tu trabajo, llegar a ser el mejor en tu campo, o simplemente ser un buen ser humano, descubrir la razón por la que quieres cambiar es la clave. Hay muchos libros sobre cómo perder peso, hacerse rico, ser un mejor padre, educar buenos hijos, y construir un maravilloso matrimonio. A pesar de la victoria que busques, solamente tú puedes responder por qué quieres cambiar. Nunca obtendrás lo que quieres hasta que entiendas plenamente tu porqué.
¿Por qué es tan importante tu porqué? Es la motivación que te impulsa a avanzar cuando tienes ganas de seguir igual. Cuando carezcas de la energía para cambiar, finalmente te preguntarás: “¿Por qué debería hacer esto?”. Si tu respuesta no es convincente, entonces tu Sí, pero… superará a tu porqué.
EL SÍ, PERO…
¿Hay alguna excusa que utilices para evitar hacer lo que deberías? Quizá hayas dicho: “No tengo suficiente tiempo. No tengo suficiente dinero. No tengo los contactos adecuados”. O quizá hayas dicho: “Me encanta demasiado la comida. Realmente me encanta ir de compras y no puedo resistirme a una oferta. Me siento demasiado abrumado y no tengo la energía para pensar en el cambio”. Eso es lo que yo llamo el Sí, pero… Cuando tu Sí, pero… (tu excusa) es mayor que tu porqué (tu razón para cambiar), siempre te sentirás frustrado. Te sentirás atado al status quo y atascado en los patrones de destrucción.
Mi mamá podría haber permitido que una excusa evitase que tomara la decisión más importante de su vida. Pero eso no sucedió. ¿Por qué? Porque su porqué se volvió más importante que ninguna excusa. Ella no permitió que una excusa fuese mayor que su motivo para hacer lo que ella necesitaba hacer.
En lugar de permitir que las excusas eviten que avances, enfócate en una razón importante para el cambio. Entonces tu porqué será mayor que tu Sí, pero…, y se pondrá el fundamento para el cambio.
¿QUÉ CONDUCE AL CAMBIO?
Al comenzar nuestro viaje hacia reinventarnos, necesitamos abordar una importante pregunta más: ¿por qué cambian las personas? La respuesta es sencilla. Cambiamos porque quedarnos igual se vuelve inaceptable. Generalmente, alteramos nuestra dirección o conducta por una de cuatro razones. Es importante encontrar la que funcione para ti: eso te impulsa en todo momento hacia el cambio que buscas.
Cambiamos porque tenemos temor
La razón más común para cambiar es el temor. Tenemos temor a perder algo. Un destino funesto—temor a la muerte, a perder nuestra casa, a perder amigos, a perder nuestro trabajo, a perder a nuestra familia, a perder a nuestro cónyuge, o a perder algo de mucho valor—se cierne sobre nuestra cabeza. Quizá temamos castigo físico, emocional o económico como resultado de nuestro actual curso de acción.
Ciertos individuos cambian sus caminos solamente después de una cirugía de bypass o cuando afrontan la bancarrota. Algunas personas cambian porque un cónyuge les plantea un ultimátum. Quizá cambien porque su jefe les agarra haciendo algo ilegal, y no quieren ser despedidos. Con el tiempo, sin embargo, las personas pueden llegar a ser insensibles a sus temores y, como resultado, regresan a la misma conducta que les condujo por el camino destructivo al principio. Por tanto, el temor, aunque es un potente motivador, puede que no funcione para todos.
Cambiamos porque queremos alcanzar una meta
Las personas también cambian porque fijan sus corazones en algo y harán cualquier cosa para lograrlo. Las modelos pierden peso. Los inversores recaudan dinero. Los estudiantes sacrifican horas de sueño. Los deportistas entrenan por años. Los misioneros se trasladan al otro lado del mundo, viven en un país extranjero, y aprenden un nuevo idioma. ¿Pero qué sucede cuando alcanzamos la meta? ¿Qué sucede cuando obtenemos lo que queremos? La zanahoria que está delante de nuestros ojos debe ser constantemente endulzada para que nos impulse a avanzar. Con mucha frecuencia, avanzamos hacia algo nuevo. La motivación por la meta puede ser una potente motivación, en gran parte como el temor.
Cambiamos porque estamos indignados
Esta razón me resulta humorística. Lo denomino razón para el cambio estoy profundamente indignado. Miramos un montón de perchas llenas de ropa y decimos: “No tengo nada que ponerme. Nada me sirve”. Entonces musitamos para nosotros mismos: “No hay modo en que me ponga un chándal para ir a la iglesia. ¡Mejor no ir!”. Estamos cansados de no tener nada en nuestra cuenta bancaria. Estamos hartos de nuestro cabello, de nuestras lentes, de nuestros muebles, de nuestro trabajo, de nuestra ignorancia, o de cualquier otra cosa que parezca irritarnos.
Recientemente, engordé unos kilos. No estaba contento por ello, pero al menos seguía teniendo un par de pantalones de vestir que me servían. Una mañana me dirigía hacia una cárcel para hablar. Me detuve en mi cafetería favorita y pedí mi bebida favorita. Cuando me fui a mi auto y me senté, oí un ruido que sonó a una raja en la tela del asiento del conductor, así que me bajé para inspeccionar el daño. No vi nada. El asiento se veía intacto; sin embargo, sentí una corriente de aire por mi parte trasera. Me giré y vi a un par de personas sonriéndome desde el otro lado del aparcamiento. Cuando miré por encima de mi hombro hacia abajo, descubrí que mis pantalones se habían rajado desde la cintura hasta llegar a la pernera. No iba a aparecer en una cárcel y hablar vestido de ese modo. No es necesario decir que encontré una razón para perder esos kilos que había engordado. ¿Por qué? Porque estaba profundamente indignado con mi peso.
Aunque estar profundamente indignado con algo es un potente motivador para el cambio, puede que no funcione para todos. Después de todo, ¿qué sucede cuando alcanzamos nuestra meta? ¿Cómo mantenemos nuestro nuevo estatus? La respuesta es que no podemos. Nadie puede estar indignado consigo mismo y seguir motivado para cambiar durante un largo periodo de tiempo.
Cambiamos porque queremos estar sanos
Otra razón por la que las personas cambian viene del deseo de crecer y estar sanos. En esencia, se centra en un anhelo de madurar y mejorarnos a nosotros mismos. Si nuestro motivo es bueno, lo más probable es que avancemos. Si nuestra razón es sana y fuerte, las excusas que entretenemos al final se disiparán. Si nuestro porqué es estupendo, el cómo será fácil de implementar. Ya sea que estés motivado por el temor, las metas, la indignación, o un deseo de simplemente crecer y estar sano, conoce lo que pone combustible en tu tanque, lo que te motiva a cambiar.
Por tanto, cava profundo, sé sincero, y pregúntate: “¿Cuál es la razón detrás de mi deseo de cambiar? ¿Cuál es mi porqué?”. Si descubres una razón lo bastante fuerte para cambiar, una que funcione para ti, tendrás el combustible necesario para seguir avanzando en la dirección correcta. Aunque es cierto que llegamos al punto de querer cambiar, Dios es quien da el deseo de hacerlo.
Mi mamá tenía un gran porqué. Ella sabía que necesitaba cambiar, y lo hizo por buenas y correctas razones. Debido a eso, ella ha crecido y se ha desarrollado en su relación con Cristo. El cambio en su vida ha tenido un profundo impacto en su familia y en sus amistades. Todas las áreas de su vida han sido grandemente enriquecidas. Es un cambio que ha perdurado más de quince años.
¿Y qué de tu vida? ¿Lo tienes todo solucionado? ¿Está tu vida enfocada? ¿O estás atascado en los mismos patrones en los que has estado atascado por años? ¿Hay problemas en tu vida que nunca has sido capaz de resolver? ¿Necesitas un avance? Quizá estés preocupado por tu matrimonio, tus hijos, tu familia, tu carrera, tus finanzas, tu salud, o cualquier otro asunto. Si es así, probablemente necesites que te echen una mano, y yo quiero ofrecerte eso.
Si deseas cambiar, tengo buenas noticias para ti, amigo o amiga. Dios quiere que vivas una vida de libertad, no de opresión; de fortaleza y valentía, no de temor y de ansiedad; de gozo y satisfacción, no de depresión y descontento. Ya sea que provengas de una familia maravillosa con una abundante herencia o de un hogar disfuncional. Dios te ofrece el poder para reinventar tu vida.
Sin el poder de Dios, romper el ciclo de los patrones de pecado es casi imposible. Pero con Dios, todo es posible (Mateo 19:26).
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