Con las comunidades andinas del Ausangate
En 1974 un joven sacerdote jesuita viene a los Andes, al sur de Cusco, Perú, y se le asigna a las comunidades en las faldas del Ausangate, el cerro principal de la zona. Llega capacitado como antropólogo y teólogo, bromista, listo, entusiasta y sin experiencia. Esta es su historia, tal como la escribiera en sus notas de campo desde 1975 hasta 1981; de como establece el contacto con esas remotas comunidades y es eventualmente aceptado por ellas, y como debe adaptar su comportamiento y sus creencias para entrar en la vida de la gente a quienes quiere servir y cuyo apoyo busca.
La subsistencia en las alturas extremas es dura, fría y pobre, demandando trabajo físico y poca diversión, ésta principalmente proveniente del consumo de alcohol. La gente de las alturas, quechuahablantes, son menospreciados por los que habitan más abajo, que son blancos, educados, hablan castellano y abusan de ellos considerándolos borrachos, incivilizados. El describe la precaria existencia de estas gentes, sus muy humanas inter-relaciones, esperanzas y temores, y sus ricas tradiciones religiosas y animistas, que son una amalgama de creencias pre-colombinas y cristianas. También llega a comprender que esta amalgama es una expresión auténtica de la fe católica. Hay mucha información detallada sobre festivales, ceremonias y adivinación, y un Glosario de términos quechuas, útil para entender la cultura andina. Sin embargo, el logro específico del libro es el dar a los que son de fuera una extraordinaria oportunidad de acercarse a esta cultura y poder ver a su gente como enteramente humana y conocida. Las risas y la tristeza se mezclan juntas.
Esta no es una historia nostálgica ni romántica. Su actualización al 2006 nos presenta los enormes cambios habidos desde 1981, incluyendo al grupo terrorista “Sendero Luminoso”, su nuevo acceso a la electricidad, el teléfono, las escuelas, clínicas y carreteras utilizables, pero también a su dependencia, la ruptura de sus tradiciones, la pérdida de su estabilidad social, y la incertidumbre económica y ecológica. Nos lleva a través de estos cambios, sostenido por su firme fe religiosa, en un viaje informativo y comprometedor que debería ser parte de la introducción de cualquier persona pensante a los problemas del desarrollo, sea en el Perú o en cualquier otra parte. Está ilustrado con 75 fotografías.

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Con las comunidades andinas del Ausangate
En 1974 un joven sacerdote jesuita viene a los Andes, al sur de Cusco, Perú, y se le asigna a las comunidades en las faldas del Ausangate, el cerro principal de la zona. Llega capacitado como antropólogo y teólogo, bromista, listo, entusiasta y sin experiencia. Esta es su historia, tal como la escribiera en sus notas de campo desde 1975 hasta 1981; de como establece el contacto con esas remotas comunidades y es eventualmente aceptado por ellas, y como debe adaptar su comportamiento y sus creencias para entrar en la vida de la gente a quienes quiere servir y cuyo apoyo busca.
La subsistencia en las alturas extremas es dura, fría y pobre, demandando trabajo físico y poca diversión, ésta principalmente proveniente del consumo de alcohol. La gente de las alturas, quechuahablantes, son menospreciados por los que habitan más abajo, que son blancos, educados, hablan castellano y abusan de ellos considerándolos borrachos, incivilizados. El describe la precaria existencia de estas gentes, sus muy humanas inter-relaciones, esperanzas y temores, y sus ricas tradiciones religiosas y animistas, que son una amalgama de creencias pre-colombinas y cristianas. También llega a comprender que esta amalgama es una expresión auténtica de la fe católica. Hay mucha información detallada sobre festivales, ceremonias y adivinación, y un Glosario de términos quechuas, útil para entender la cultura andina. Sin embargo, el logro específico del libro es el dar a los que son de fuera una extraordinaria oportunidad de acercarse a esta cultura y poder ver a su gente como enteramente humana y conocida. Las risas y la tristeza se mezclan juntas.
Esta no es una historia nostálgica ni romántica. Su actualización al 2006 nos presenta los enormes cambios habidos desde 1981, incluyendo al grupo terrorista “Sendero Luminoso”, su nuevo acceso a la electricidad, el teléfono, las escuelas, clínicas y carreteras utilizables, pero también a su dependencia, la ruptura de sus tradiciones, la pérdida de su estabilidad social, y la incertidumbre económica y ecológica. Nos lleva a través de estos cambios, sostenido por su firme fe religiosa, en un viaje informativo y comprometedor que debería ser parte de la introducción de cualquier persona pensante a los problemas del desarrollo, sea en el Perú o en cualquier otra parte. Está ilustrado con 75 fotografías.

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En 1974 un joven sacerdote jesuita viene a los Andes, al sur de Cusco, Perú, y se le asigna a las comunidades en las faldas del Ausangate, el cerro principal de la zona. Llega capacitado como antropólogo y teólogo, bromista, listo, entusiasta y sin experiencia. Esta es su historia, tal como la escribiera en sus notas de campo desde 1975 hasta 1981; de como establece el contacto con esas remotas comunidades y es eventualmente aceptado por ellas, y como debe adaptar su comportamiento y sus creencias para entrar en la vida de la gente a quienes quiere servir y cuyo apoyo busca.
La subsistencia en las alturas extremas es dura, fría y pobre, demandando trabajo físico y poca diversión, ésta principalmente proveniente del consumo de alcohol. La gente de las alturas, quechuahablantes, son menospreciados por los que habitan más abajo, que son blancos, educados, hablan castellano y abusan de ellos considerándolos borrachos, incivilizados. El describe la precaria existencia de estas gentes, sus muy humanas inter-relaciones, esperanzas y temores, y sus ricas tradiciones religiosas y animistas, que son una amalgama de creencias pre-colombinas y cristianas. También llega a comprender que esta amalgama es una expresión auténtica de la fe católica. Hay mucha información detallada sobre festivales, ceremonias y adivinación, y un Glosario de términos quechuas, útil para entender la cultura andina. Sin embargo, el logro específico del libro es el dar a los que son de fuera una extraordinaria oportunidad de acercarse a esta cultura y poder ver a su gente como enteramente humana y conocida. Las risas y la tristeza se mezclan juntas.
Esta no es una historia nostálgica ni romántica. Su actualización al 2006 nos presenta los enormes cambios habidos desde 1981, incluyendo al grupo terrorista “Sendero Luminoso”, su nuevo acceso a la electricidad, el teléfono, las escuelas, clínicas y carreteras utilizables, pero también a su dependencia, la ruptura de sus tradiciones, la pérdida de su estabilidad social, y la incertidumbre económica y ecológica. Nos lleva a través de estos cambios, sostenido por su firme fe religiosa, en un viaje informativo y comprometedor que debería ser parte de la introducción de cualquier persona pensante a los problemas del desarrollo, sea en el Perú o en cualquier otra parte. Está ilustrado con 75 fotografías.


Product Details

BN ID: 2940149417148
Publisher: Windmill Song Publications
Publication date: 06/11/2014
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
File size: 14 MB
Note: This product may take a few minutes to download.
Language: Spanish

About the Author

Jose María García García (Chema) nació el 16 de Diciembre de 1944 en Segovia (España). Hizo sus estudios escolares en el Colegio Marcelino Champagnat de los Hermanos Maristas. Católico de nacimiento descubre su vocación sacerdotal a los 19 años e ingresa al Noviciado de la Compañía de Jesús en Aranjuez de los Reyes a cincuenta kilómetros de Madrid. Ahí hace el Noviciado y el Juniorado, después hace sus estudios de filosofía en Alcalá de Henares y concluye en la Universidad de Comillas en Madrid.

Al acabar filosofía los jesuitas tienen dos años de tiempo de trabajo directo antes de hacer la teología. Es entonces que es destinado al Perú y trabaja como "maestrillo" en el Colegio de la Inmaculada. Desde ahí y al organizar experiencias sociales para sus alumnos, es él quien viene a descubrir la misteriosa realidad de la serranía peruana y de las culturas andinas, quedando enamorado de ese mundo. Desde entonces va a permanecer fiel a ese primer amor.

Después de hacer teología en la Universidad de Comillas en Madrid, regresa al Perú y es destinado a la comunidad que los jesuitas tienen en Quispicanchi, Departamento del Cusco. En 1974 comienza por ser párroco de Andahuaylillas y le encargan el desarrollo de relaciones con las Comunidades Campesinas y con los catequistas rurales de esas comunidades. Esto es lo que le da oportunidad de introducirse en la cultura local y de convertir su curiosidad en una insaciable búsqueda del sentido de la cultura local.

Desde el año 1981 comparte su trabajo con la electrificación de poblaciones y comunidades de la provincia de Quispicanchi. Para 1993 termina de electrificar más de 70 poblaciones a lo largo de 130 kilómetros partiendo de alturas de 3.000 msnm., pasando por alturas de 4,300 msnm., para llegar a las poblaciones más lejanas. Luego de un año sabático en 1995 asume la dirección del "Proyecto de Educación Rural - Fe y Alegría 44" que se desarrolla en 26 escuelas rurales de la Provincia de Quispicanchis.

No obstante durante todos estos años sigue siendo párroco de Ccatca y sigue trabajando con las Comunidades Campesinas y con las Asociaciones de Catequistas en las alturas de esta provincia.
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