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Descripción del Río Paraguay
By José Quiroga Red Ediciones
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ISBN: 978-84-9953-041-3
CHAPTER 1
PEDRO DE ANGELIS. DESCRIPCIÓN DEL RÍO PARAGUAY
§. I. ORIGEN DEL RÍO PARAGUAY, Y RÍOS QUE ENTRAN EN ÉL, HASTA SU JUNTA CON EL PARANÁ
El río Paraguay tiene su origen en una gran cordillera de serranías, que se extiende de oriente a poniente por centenares de leguas, y pasa al norte de Cuyabá. De esta cordillera bajan al sur muchos arroyos y riachuelos, que juntos forman un bien caudaloso río, que comienza a ser navegable cincuenta o sesenta leguas más arriba del Xaurú. Y todo el río Paraguay, desde dicha cordillera hasta la ciudad de las Siete Corrientes, en donde concurre con el Paraná, es también navegable, aunque sea con barcos grandes: pero estos no son los mejores para vencer las corrientes, para lo cual más aparentes son las falúas de remos, los bergantines ligeros y todo género de jabeques.
Desde el río Xaurú arriba no sabemos que ríos de consideración entran en el Paraguay; pero es de creer que le entran algunos por la parte del este, pues cuando llega al Xaurú ya viene caudaloso. La boca del Xaurú está en 16 grados 25 minutos de latitud austral: y en 320 grados y 10 minutos de longitud, contada desde la isla del Fierro hacia el oriente. Viene dicho río de la parte occidental, y es navegable con canoas por algunas leguas. Mas abajo del Xaurú se divide el Paraguay en dos brazos caudalosos. El mayor corre con su canal estrecha, pero muy profunda, por medio de los Xarayes: y por esta navegamos con nuestras embarcaciones sin embarazo alguno. El otro brazo corre por algunas leguas por la parte occidental de los Xarayes. Y en este, antes de volver a juntarse con el primero, acaso entrará el río Guabis, que corre desde los pueblos de los Chiquitos hacia el oriente, a no ser que el Guabis entre en un recodo de la laguna del Caracará, que se comunica con el río Paraguay casi en la parte inferior de los Xarayes.
Mas abajo de los Xarayes entra por la parte oriental en el Paraguay el río de los Porrudos, en la altura de 17 grados y 52 minutos. Este río es bien caudaloso, y en él entra el de Cuyabá, como se dirá en otra parte. Otro brazo de este mismo río entra más abajo, y le dan los Portugueses el nombre de Canal de Chiané, y por él suben con sus canoas los Paulistas que navegan a Cuyabá.
El río Tacuarí, que trae también su corriente de la parte oriental, entra en el Paraguay por tres bocas, todas navegables. La más septentrional, por donde bajan los Paulistas, está en 19 grados. En la misma parte del oriente entra con mucha corriente el río Mboteteí, en 19 grados y 20 minutos. En la margen austral del Mboteteí estuvo antiguamente una población de españoles, que se llamaba Jeréz, la cual se desamparó por las persecuciones que padecían de los Paulistas. Estaba esta población a treinta leguas de distancia del río Paraguay, a la falda de la gran cordillera que se extiende norte-sur entre los ríos Paraná y Paraguay. En las grandes crecientes bajan por el Mboteteí muchas tacuaras, o cañas muy gruesas, arrancadas de sus márgenes, de las cuales se quedan muchas en las márgenes del río Paraguay. Y es bien reparable, que en todo el margen de este río, desde el Mboteteí arriba, no se ve una tacuara.
Desde el Mboteteí, bajando por el río Paraguay, se halla el estrecho que ahora llaman de San Javier, entre unos cerros, en 19 grados y 48 minutos. Uno de los cerros está en el margen oriental del río, y otros cuatro o cinco se ven en la banda occidental.
Otra notable estrechura tiene el Paraguay más abajo de los tres cerros que están a la parte del occidente, llamados los Tres Hermanos, a la falda de otro altísimo cerro, llamado Pan de Azúcar, como doce leguas más abajo de los Tres Hermanos, y es el más alto de todos los que se encuentran desde la Asunción al Tacuarí. Está en la margen oriental, y desde allí se continua una cordillera hacia el oriente. Hay en la parte occidental, en frente del Pan de Azúcar, otro cerro pequeño, y en alguna distancia, a la parte del noroeste, se ve otro no muy grande. La estrechura sobredicha, y el Pan de Azúcar, están en 21 grados 17 minutos.
Se halla después, bajando por el Paraguay, la boca del río Tepotí en 21 grados 45 minutos. Luego al frente de una isla, o algo más arriba, está la boca del río Corrientes, llamado así por la gran corriente que trae. Este río tiene su origen junto a la fuente del Guatimí, que entra en el Paraná sobre el Salto grande. El río Corrientes desemboca en el Paraguay en 22 grados y 2 minutos. A dos o tres leguas de distancia se ve al sudoeste el cerro de Galván, que está solo en la banda occidental. Aquí baja de la parte del este un ramo de la gran cordillera. A la banda del sur de dicho río hay también muchos cerros, y una angostura de mucha corriente, con peñasquería a los lados del río, y se llama este paso Itapucú-guazú. Está en 22 grados y 10 minutos. Mas abajo está una punta de cordillera que forma otra angostura, y remata dicha punta en peña cortada, y distará como ocho leguas del Itapucú-guazú.
Entra más abajo, por el margen oriental, el río Guarambaré en 23 grados y 8 minutos, y en frente de la boca hay una isla. Por los 23 grados y 21 minutos se hallan unas piedras esparcidas en medio del río, por lo cual conviene en esta altura navegar con cautela. El río Ipané-guazú desemboca en el Paraguay, en la latitud de 23 grados 28 minutos. Su boca tiene al frente una isla. Baja este río de los yerbales que están al norte de Curuguatí, y tiene su origen cerca del Guatimí. En los 23 grados 51 minutos entra en el Paraguay, por el margen occidental, el río de los Fogones: y más abajo a corta distancia entra por la misma banda el río Verde. Al frente de estos dos ríos hay cuatro islas. Mas abajo en la Banda Oriental entra el Ipané-miní en 21 grados y 2 minutos.
Mas abajo del Ipané-miní, en 24 grados y 4 minutos, hallamos que la aguja miraba derechamente al norte: y no se puede atribuir a otra causa que a la cercanía de algún mineral de fierro o de piedra imán, de lo cual hay bastante en la jurisdicción del Paraguay. En los 24 grados y 7 minutos entra por la Banda Oriental el río Xexuí, que viene de los yerbales del Curuguatí, y se navega tal vez con barcos cargados de yerba, aunque con mucho trabajo, por los malos pasos que tiene. En los 24 grados y 23 minutos entra, por la parte oriental, el Cuarepotí: en los 24 grados y 29 minutos, el Ibobí. Mas abajo en los 50 minutos del mismo grado, entra por el mismo lado el Tobatí en un brazo del Paraguay, en cuya entrada a la punta de la isla que está más al sur (y es la primera punta cuando subiendo se entra en dicho brazo) hay dos piedras que llegan a la flor del agua, de las cuales conviene que se aparten los barcos, o que tomen el rumbo por lo más ancho del río, dejando a la parte de oriente la isla. En el Tobatí entra, antes de su caída en el Paraguay, el río Capiatá.
En los 24 grados 56 minutos le entra al Paraguay, por el occidente, el río Mboicaé. En los 24 y 58, poco más arriba del fuerte de Arecutacuá, entra por el oriente el Peribebuí: y más abajo, en 25 gr. y un minuto, entra por la misma banda el río Salado. Poco más abajo, casi en la misma altura, entra por la margen occidental el río Piraí.
La ciudad de la Asunción está en 25 gr. 17 min. 15 segundos de latitud; 320 gr. 12 min. de longitud, según algunos demarcadores. Otros hallaron 25, 16 de latitud; 320, 10 de longitud. Poco más abajo entra por tres bocas, por la margen occidental, el famoso río Pilcomayo, que trae sus aguas de las serranías del Potosí, y corre por medio del Chaco. En los 25 gr. 32 min. hace el Paraguay una estrechura, que tendrá solo un tiro de fusil de una ribera a otra, y está en este paraje el fuerte que llaman de la Angostura. El Tebicuarí entra en el Paraguay por el oriente, en 26 gr. 35 min. Bajan por este río los barcos de Nuestra Señora de Fe y de Santa Rosa.
El Río Grande, o Bermejo entra en el Paraguay por occidente en 26 gr. 54 min.; y dista su boca de la ciudad de las Corrientes once leguas por al aire, que por el río son 17, o 18. Viene el Bermejo de las serranías que están entre Salta y Tarija: atraviesa gran parte del Chaco: el color de sus aguas es algo bermejo. En juntándose con el Paraguay, inficiona las aguas de éste, de suerte que son poco saludables sus aguas, hasta que concurre en las Corrientes con el Paraná. Se juntan los ríos Paraná y Paraguay al frente de esta ciudad, que está situada sobre la margen oriental, en 27 grados y 27 minutos de latitud, 319 y 55 minutos de longitud. Llámase ciudad de las Siete Corrientes, porque el terreno en donde está la ciudad, hace siete puntas de piedra, que salen al río, en las cuales la corriente del Paraná es más fuerte. Desde aquí pierde el nombre el Paraguay, porque el Paraná, como más caudaloso conserva el suyo hasta cerca de Buenos Aires, donde, junto con el Uruguay, corre hasta el mar con el nombre de Río de la Plata: llamado así, porque llevaron desde aquí algunas alhajas de plata y oro los primeros conquistadores del Paraguay, las cuales alhajas habían traído los indios del Paraguay en la primera entrada que hicieron a los pueblos del Perú con Alejo García y sus compañeros, según se halla escrito en la Argentina de Rui Díaz de Guzmán.
§. II. DE LAS NACIONES DE INDIOS QUE HABITAN EN LAS RIBERAS DEL PARAGUAY
Primeramente en el mismo río, y en sus islas, habitan dos parcialidades de indios Payaguás, que andan por todo él con sus canoas, y se mantienen de la pesca, y de lo que roban a españoles y portugueses. Una parcialidad tiene su habitación en la parte más septentrional del río, y su cacique principal se llama Quatí. La otra suele estar con más frecuencia en la parte austral, en la cercanía de la Asunción. El cacique principal de esta se llama Ipará.
En la ribera del río, comenzando desde su junta con el Paraná, habitan a la parte occidental, los Abipones, de los cuales buen número está reducido a pueblos. Otros, con sus amigos los Tobas y Mocobís del río Bermejo, hacen correrías por las fronteras de Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Salta y Jujuí: y pasando algunas veces el Paraná, hacen sus tiros en la jurisdicción de las Corrientes, y muchas veces pasando el río Paraguay y emboscándose en los montes, hacen notable daño en los pueblos más septentrionales de las misiones de Guaranís, y en las estancias de la jurisdicción del Paraguay. Estos indios llegan por la parte occidental del Paraguay hasta el Pilcomayo.
Desde el Pilcomayo comienza la tierra de los Lenguas, los cuales corren toda aquella parte del Chaco, desde el dicho Pilcomayo hasta la tierra de los Mbayás: y pasan también el Paraguay, para hacer sus tiros en las estancias de la Asunción. Estos indios no dan cuartel, ni admiten misioneros.
Desde el río Xexuí, por una y otra banda, habitan los Mbayás, repartidos en varias parcialidades. Sus principales tolderías están de una y otra banda del Paraguay, en las tierras más inmediatas al sud del Pan de Azúcar. Corren estos indios toda la tierra, desde el Xexuí al Tacuarí, por la banda oriental y por la occidental, hasta cerca de los Chiquitos. Desde el Pan de Azúcar hacia el norte habitan en la banda occidental los Guanás. Estos son indios que trabajan sus tierras, para sembrar maíz; y hacen también sus sementeras a los Mbayás, pagándoles estos su trabajo. Mas arriba del Tacuarí hay, en el río de los Porrudos, otros indios semejantes en el modo de vivir a los Payaguás, pero de más valor, y excelentes flecheros. Juzgo que no es nación numerosa, pues no bajan con sus canoas al río Paraguay. Los portugueses, que navegan por Xarayes desde Cuyabá a Mattogroso, dijeron que en algunas arboledas que hay, en los anegadizos de Xarayes, se dejaban ver algunos indios, aunque pocos. No saben de que nación sean. Pueden ser algunas reliquias de los Xarayes. De aquí para arriba no sé que habiten indios algunos en las márgenes del río Paraguay.
§. III. MONTES Y ARBOLEDAS
El Criador de todas las cosas nos dio en las tierras adyacentes del río Paraguay un agradable objeto a la vista, con la variedad admirable de montañas, cerros, llanuras y arboledas. Desde Corrientes hasta el río Xexuí, hay por una y otra banda bosques con mucha variedad de plantas. Pero del Xexuí arriba es mayor el encanto de los ojos; porque unas veces se descubre un ramo de la cordillera todo poblado de árboles, otras veces se presenta una campaña llena de yerba muy verde, otras se ven inmensos palmares, de una especie particular de palmas, porque los troncos son altísimos y derechos, la madera dura y la copa redonda, con las ramas semejantes a los palmitos de que hacen las escobas en Andalucía. Ni se puede hallar cosa más a propósito para formar con presteza los techos de las casas, pues en quitando la copa, y cortando el tronco por el pie, ya no hay más que hacer para aplicarlo a la obra. Estos palmares son frecuentes desde el Xexuí hasta los campos de Jeréz. Y como los troncos están muy limpios, andan los indios a caballo por medio de los palmares, sin embarazo alguno. Los racimos de dátiles de estas palmas son menores que los de las palmas ordinarias: y los dátiles son también menores a proporción. No sé si son comestibles.
Generalmente hablando, todos los cerros y cordilleras tienen en sus vertientes muchos montes con árboles altísimos y de tronco muy grueso. Y no se puede dudar que se hallarían, entre tanta variedad, maderas preciosas. Nosotros hallamos por casualidad el árbol de donde sacan la goma guta, o gutagamba, que es una goma de color amarillo muy fino. El árbol alto, no muy grueso, la hoja semejante a la del laurel. Descubrióse este árbol dando algunas cortaduras por entretenimiento en la corteza de uno de esta especie. Luego salió por el corte la goma líquida, la cual pronto se cuaja en goma como se ve en las boticas.
Desde el Mboteteí, navegando río arriba, se halla el árbol llamado Cachiguá, el cual tiene el tronco delgado, como de doce a trece pulgadas de diámetro. Su madera es colorada, de un color semejante al bermellón. Los portugueses de Cuyabá usan de esta madera para teñir de colorado: dicen que la madera no pierde el color; y así es exquisita para escritorios y otras obras de labores.
De los árboles de la cañafistula, o casiafistula, se hallan montes en las cercanías de los Xarayes, y crecen más altos y gruesos que los castaños de España. La corteza del árbol es blanquecina, semejante a las de los nogales. El fruto son unas cañas de palmo y medio, y algunas de dos palmos de largo. Tienen dentro granos grandes como las habas, y entre los granos cierta pulpa negra, que sirve para purga suave, y se vende en las boticas. El color de la caña, estando madura, es negro como el de la pulpa.
El árbol Taruma es cierta especie de olivo silvestre. Su tamaño el mismo que el de los olivos con poca diferencia, y aun la hoja no es muy diferente. La frutilla es como las aceitunas pequeñas, y tiene su hueso como aceituna. Los paraguayos comen esta fruta, aunque me pareció bien desabrida. Sería bueno que probasen si de ella se podía sacar aceite: y también si prendían en los tarumas los injertos de olivo.
§. IV. ESTABLECIMIENTOS DE CUYABÁ Y MATTOGROSO
La ciudad de Cuyabá, según algunos mapas de portugueses, está en 14 grados y 20 minutos de latitud austral, y según se infiere de la longitud en que se halló la boca del Xaurú, y la distancia en que está de Cuyabá, podemos poner a esta ciudad en 322 grados de longitud, contada del Fierro, con corta diferencia. Su situación es en la banda oriental del río llamado de Cuyabá, el cual hasta desembocar en el de los Porrudos, corre de norte a sur, y se navega hasta el puerto de Cuyabá, que dista de dos a tres leguas de la ciudad.
Por la parte del norte se extiende por muchas leguas la gran serranía, donde tienen su origen los dos caudalosos ríos Paraná y Paraguay. Y de la misma, por la parte del norte, bajan al Marañon los ríos Topayós, Xingu, el río de Dos Bocas, el Tocantins y otros.
Por la parte del sur de Cuyabá se extienden por muchas leguas los anegadizos de Xarayes: de suerte que por esta parte no se puede entrar a la ciudad sino por el río. Ni es posible que pueda pasar de otro modo gente de a pie, ni de a caballo. En tiempo de aguaceros se inunda casi todo el espacio de sesenta leguas de norte a sur, y casi lo mismo de oriente a poniente, que hay entre el río de los Porrudos y las serranías de Cuyabá; y pueden en este tiempo atravesar embarcaciones desde Cuyabá al río Paraguay, sin bajar a los Porrudos: pero en tiempo de seca quedan reducidos los ríos Cuyabá y Paraguay a sus canales estrechas y profundas. Y aunque en el espacio intermedio quedan muchas lagunas, o no queda comunicación, o no se ha descubierto hasta ahora, por donde se pueda atravesar en derechura de un río al otro. Por lo cual, para navegar en tiempo de seca desde Cuyabá al Xaurú, y pasar a Mattogroso, se hallan los portugueses necesitados a dar una grande vuelta, bajando al río de los Porrudos, y por este al río Paraguay, por el cual vuelven a subir más de sesenta leguas hasta la boca del Xaurú.
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