Tranquilos y atentos como una rana: La meditacion para los ninos . . . con sus padres

Meditation is a simple and effective tool that can easily be adapted to the needs of children and that can yield immediate benefits. This appealing guide includes stories and offers brief and simple exercises that children can do on a daily basis. The exercises and activities are geared to children between the ages of 5 and 12 as well as their parents, who can accompany them in the practices. Certified mindfulness trainer Eline Snel has based her program on the mindfulness method developed by Jon Kabat-Zinn, and the activities she proposes can result in children who sleep better, show better concentration, are more calm and alert, and are more confident and secure over all. The book includes an accompanying CD with 11 guided meditations.

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Tranquilos y atentos como una rana: La meditacion para los ninos . . . con sus padres

Meditation is a simple and effective tool that can easily be adapted to the needs of children and that can yield immediate benefits. This appealing guide includes stories and offers brief and simple exercises that children can do on a daily basis. The exercises and activities are geared to children between the ages of 5 and 12 as well as their parents, who can accompany them in the practices. Certified mindfulness trainer Eline Snel has based her program on the mindfulness method developed by Jon Kabat-Zinn, and the activities she proposes can result in children who sleep better, show better concentration, are more calm and alert, and are more confident and secure over all. The book includes an accompanying CD with 11 guided meditations.

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Overview

Meditation is a simple and effective tool that can easily be adapted to the needs of children and that can yield immediate benefits. This appealing guide includes stories and offers brief and simple exercises that children can do on a daily basis. The exercises and activities are geared to children between the ages of 5 and 12 as well as their parents, who can accompany them in the practices. Certified mindfulness trainer Eline Snel has based her program on the mindfulness method developed by Jon Kabat-Zinn, and the activities she proposes can result in children who sleep better, show better concentration, are more calm and alert, and are more confident and secure over all. The book includes an accompanying CD with 11 guided meditations.


Product Details

ISBN-13: 9788499882420
Publisher: Editorial Kairos
Publication date: 05/01/2014
Pages: 156
Product dimensions: 5.10(w) x 7.80(h) x 0.60(d)
Language: Spanish

About the Author

Eline Snel is a therapist and a certified mindfulness-based stress reduction trainer. She is the founder of the Academy for Mindful Teaching in the Netherlands. She has developed a meditation program for children that has been used in numerous primary schools in the Netherlands. Christophe André is a psychiatrist and a psychotherapist who teaches courses on meditation at Sainte-Anne Hospital in Paris. He is the author of Los estados de ánimo, Meditar día a día, Prácticas de autoestima, and Psicología del miedo.

Read an Excerpt

CHAPTER 1

Introducción

¿Qué haces si tu cuerpo quiere dormir y tu cabeza todavía no?

Mi hija de 5 años tenía siempre muchas dificultades para conciliar el sueño. Siendo aún muy pequeña solía decir: "Si tu cuerpo quiere dormir y tu cabeza todavía no, ¿cómo puedo dormirme?". A las diez de la noche todavía estaba despierta y se sentía muy cansada. Yo también, por cierto. Una y otra vez saltaba de la cama. Todo tipo de pensamientos pasaban por su cabecita, le contaban las historias más increíbles, historias que la hacían permanecer despierta.

Acerca de Tim que de repente no quería jugar más con ella. Acerca del pececito de colores que un buen día apareció flotando boca arriba en la pecera. Acerca de que "pensaba" que había alguien escondido debajo de su cama, que quería matarla con toda seguridad.

Nada ayudaba, ejercicios de relajación, cuentos, una cama bien calentita, decirle de forma irritada que "ahora tenía que dormirse como todo el mundo". Hasta que me di cuenta de que finalmente se tranquilizaba si prestaba menos atención a sus pensamientos y la trasladaba lentamente de su cabeza a su vientre. En su vientre no habían pensamientos. Allí estaba la respiración que, con su suave vaivén, movía ligeramente su vientre sin cesar. Un movimiento que poco a poco la mecía hasta dormirla.

Mi hija tiene ahora 25 años y todavía utiliza a menudo este ejercicio, es muy sencillo y te ayuda a salir de tu cabeza para ir a tu vientre. Allí donde tus pensamientos no tienen ninguna influencia. Allí donde hay silencio y tranquilidad.

Mindfulness, o bien atención consciente y amable, no solo ayuda a los niños, también a los padres les gusta aprender una técnica con la que poder apartarse de su flujo continuo de pensamientos. Los pensamientos no cesan. Solo puedes hacer que cesen yendo a ellos. Dejando de escucharlos.

Este fue el primer ejercicio de mindfulness que hicimos juntas. Le iban a seguir muchos más. Lo encontrarás en lasección de audio. A los niños les gusta hacerlo justo antes de irse a dormir.

¿Qué es el mindfulness?

Mindfulness no es otra cosa que estar conscientemente presente. Queriendo comprender qué es lo que ocurre, desde una actitud abierta y amable. Sin juzgar, ignorar las cosas o dejarse arrastrar por todo el ajetreo de cada día, estás aquí presente, en este momento (que es algo diferente que el pensar en este momento).

Si estás presente al levantarte, al hacer las compras, ante la sonrisa más hermosa de tus hijos o ante conflictos grandes y pequeños, no estás con tu atención en otra parte, entonces estás aquí. Así ahorras energía y te das cuenta de lo que ocurre mientras ello está sucediendo. El estar presente de forma consciente y amable conlleva una serie de cambios en tu comportamiento y actitud hacia ti mismo y hacia tus hijos. Ello sucede más o menos por sí mismo, de manera natural. Desde dentro, sin tener que hacer nada.

Mindfulness es experimentar el sol en tu piel. Sentir esas gotas saladas deslizarse por tu mejilla. Percibir la irritación en tu cuerpo. Experimentar la alegría y la tristeza en el momento en que estas suceden. Sin tener que hacer nada con ello, sin tener que reaccionar inmediatamente o expresar qué piensas. Mindfulness es estar amablemente presente en lo que ahora es. En cada momento.

¿Por qué mindfulness para niños?

Mindfulness para niños responde a la gran necesidad existente para encontrar un poco de tranquilidad, tanto física como mental, en este tiempo tan exigente en el que nos ha tocado vivir. Pero con tener solo tranquilidad no es suficiente. Durante los años 2008, 2009 y 2010 he creado un entrenamiento de mindfulness para chiquillos para practicar en la escuela. Su nombre es "¡La atención funciona!" y está basado en el programa de mindfulness de ocho semanas para adultos, que fue elaborado primeramente por Jon Kabat-Zinn. En los programas piloto que realicé para poder desarrollarlo, participaron trescientos niños, doce profesores y cinco escuelas, durante un periodo de ocho semanas. Cada semana media hora, y cada día durante diez minutos, una lección para profundizar en él. Esto último durante todo el año. Tanto los alumnos como los profesores estaban encantados y pudieron apreciar más tranquilidad en la clase, mayor grado de concentración y más honestidad. Los niños se volvieron más amables hacia ellos mismos y hacia los demás, ganaron más confianza y emitían juicios con menor rapidez.

Muchos padres me preguntaron si también existía un libro con ejercicios para que sus hijos pudieran practicar en casa, una vez que hubieran recibido el entrenamiento. Pero aún no existía; sí había escrito un manual para profesores, terapeutas y docentes, pero no había escrito todavía nada para los padres. Este libro que tienes entre tus manos es el resultado.

Lo que se aprende en la cuna siempre dura

Los niños tienen por naturaleza una mente curiosa e inquisitiva, ellos quieren saber. Están más fácilmente en contacto con este momento. Son buenos en prestar atención, pero a menudo están demasiado ocupados, igual que los adultos. Están fatigados, se distraen con facilidad, están inquietos. Muchos hacen demasiadas cosas y "son" muy poco. Se vuelven mayores antes de que hayan podido ser realmente niños. Ya sea en el plano social, emocional, en la familia, en la escuela: están ocupados con miles de cosas. Realmente demasiadas. El "botón de encendido" funciona, pero ¿dónde está el de pausa?

Con la práctica de la atención y el estar conscientemente presentes, los niños aprenden a parar por un instante para tomar aliento y sentir lo que necesitan en ese preciso momento. Así pueden dejar a un lado el piloto automático. Dejan sus impulsos por lo que son y aprenden a aceptar que hay cosas en la vida que no son tan divertidas o guay. Aprenden a prestarles atención, una atención amable. Aprenden a no tener que esconder nada. Ello conlleva comprensión hacia su propio mundo interior y también hacia el de otros.

Si en la infancia han aprendido a percibir cualidades como atención, paciencia, confianza y aceptación, podrán transmitirlas más tarde también a sus propios hijos. Así se genera un círculo de prestar atención consciente, recibirla y transmitirla, y se encuentran fuertemente anclados en el AHORA. Lo que se aprende en la cuna siempre dura.

¿Para qué tipo de niños son apropiados los ejercicios de mindfulness?

Los ejercicios de mindfulness son apropiados para cualquier niño de entre 5 y 12 años, que quiera calmar su mente llena de pensamientos, que quiera aprender a sentir y comprender sus emociones y también a concentrarse mejor. Asimismo, son apropiados para todos aquellos que tengan necesidad de tener confianza en sí mismos y de poder ser tal cual son. Muchos niños se sienten muy inseguros, creen que no son lo suficientemente simpáticos o buenos. Se preocupan, tienen problemas con su imagen y reaccionan a ello retrayéndose, o al contrario, haciéndose notar, teniendo una actitud complaciente, o solo piensan en ellos, molestando a otros o haciéndose los duros. Se encuentran enredados en comportamientos que aparentemente les sirven de algo.

¿Son estos ejercicios también adecuados para niños que padecen hiperactividad, dislexia y otros trastornos relacionados con el autismo? Sí, a la mayoría de ellos les encanta hacerlos. Aunque por supuesto, no son un remedio para estas dolencias. En ese sentido, el mindfulness no es un tratamiento. Pero, por medio del mindfulness se aprende a tener una relación distinta con estas dolencias y los problemas que las mismas comportan.

Como cuando tienes una tormenta en la mente que te obliga a moverte sin cesar o a reaccionar de inmediato a cada pensamiento.

CHAPTER 2

LOS PADRES MINDFUL

La mayoría de los padres tienen de forma natural una relación mindful con sus hijos. Pero también se tienen periodos en los que de cuando en cuando oyes: "Papá, no me escuchas en absoluto" o "Mamá, ya te lo he repetido diez veces". En ciertas ocasiones te das cuenta de que has reaccionado de forma demasiado irritada a algún comentario de tu hijo. Hubieras preferido no haberlo hecho, pero ya lo has dicho antes de que te des cuenta. O quizás pienses que hubieras tenido que ser mucho más claro. Decir que no consecuentemente, cuando crees que no es realmente no.

¿Cómo puede ser que como padre, a veces reacciones más enojado, más desagradable o más incontrolado de lo que tú quisieras? En cada uno de nosotros se encuentran aún algunos "viejos códigos" que provienen de nuestra propia juventud. En ocasiones tenemos dentro aflicciones de otros tiempos, por las que ante nuestro hijo de 13 años reaccionamos de forma muy diferente a la que quisiéramos. Piensas que reaccionas de manera anticuada y ridícula cuando te responde que él decide a qué hora vuelve a casa cuando se va al centro. "Todos mis amigos pueden decidir a qué hora regresan". A veces tienes un miedo que procede del pasado, que te impide decir clara y llanamente lo que piensas.

Evidentemente, no existe una receta lista y a punto que te explique cómo ser un padre mindful. Pero sí se conocen los ingredientes que desde los tiempos inmemoriales se utilizan para lograr un sentimiento de aprecio y reconocimiento mutuo. Los más conocidos son: amabilidad, comprensión, sinceridad y aceptación. Otro es el contacto físico: una caricia, un beso o un cálido abrazo.

No puedes detener las olas

No puedes influir en el comportamiento del mar. No puedes detener las olas, pero sí que puedes aprender a surfear, a practicar el surf sin vela.

Esta es la idea central de la práctica de la atención. Sencillamente, las personas tienen problemas, es así, sentimos tristeza, estrés y hay muchas cosas con las que tenemos que tratar.

Cuando en tu vida estás realmente presente en este tipo de situaciones, entonces puedes observar verdaderamente la realidad, sin necesidad de reprimir nada, sin dejarte arrastrar, o de "simplemente no quererlo". Y cuando ves las olas como de verdad son, puedes, a partir de la atención completa, tomar decisiones más acertadas y actuar después de haberlo meditado bien. Te das cuenta de que estás irritado tan pronto como ello sucede. Percibes que se te ha acabado la paciencia o que sientes deseos de dar una bofetada. Tan pronto te das cuenta, tienes una elección. De esta manera corres menos riesgo de verte arrastrado por tus emociones o por las de otro. Puedes detenerte un momento, esperar, tomarte un respiro. Observar la situación e identificar lo que sientes, piensas o quisieras hacer. Te vuelves consciente de las fuerzas que agitan las olas. Consciente de tu tendencia a reaccionar automáticamente y al mismo tiempo te ocupas menos de cómo "habían de haber sido" las olas.

El botón de pausa (número 5 de la sección de audio) puede ayudarte. Tomar aliento proporciona el espacio suficiente para no precipitarse inmediatamente en una reacción automática, ello sirve tanto a los niños como a los adultos.

Dani es padre de dos niños muy activos. Tiene la tendencia a reaccionar furiosamente a los gritos y peleas de sus hijos cuando no consiguen lo que quieren. "Puedo exasperarme mucho cuando mi hijo mayor interfiere por enésima vez en una conversación telefónica importante porque quiere un caramelo. O cuando el pequeño, después de haber tenido que correr como un loco para llegar a tiempo para recogerlo de la escuela, me dice como si nada: "¡No voy contigo, me voy a jugar con Jaime!"".

En esos momentos no puedo controlar mi enojo de ningún modo. Me veo arrastrado por él. En menos de un segundo estamos enfrentados como dos gallos. De manera automática elevo mi todo de voz. Lo tomo demasiado bruscamente por el brazo y creo que él tiene que hacer lo queYO quiero. Me doy cuenta de que ello no ayuda para nada. De hecho me avergüenzo de mi comportamiento, cuando quisiera dar justamente un buen ejemplo. Pero no lo consigo. Ambos acabamos agotados.

Aprender a surfear

El paso más importante para aprender a surfear es: parar un momento y observar. Observar la situación. Al parar te das la oportunidad de reaccionar de otro modo ante las circunstancias en las que te encuentras. Es decir, actuar menos a partir de la frustración o siguiendo el comportamiento automático. Reaccionar con más suavidad, siendo más comprensivo, sin perder los límites de vista. Empiezas a darte cuenta de que el problema no es la situación en sí, sino que es tu propia reacción ante ella la que la hace difícil. Dani:

A veces aún me enfado, a menudo por las mismas cosas. Pero he aprendido a no volver a reaccionar de forma automática. Me doy cuenta de que tengo poca paciencia y lo acepto. Respiro un par de veces conscientemente antes de hacer o decir algo. Ello supone una gran diferencia.

Surfear sobre las olas no es uno de los deportes más fáciles. No puedes hacer que las olas sean más pequeñas o que sean más potentes. Vienen y van según su propio ritmo: a veces son altas, a veces son bajas. A veces son muchas (una madre enferma, amigos que se separan, despido inminente, y cosas por el estilo), a veces la superficie del mar está lisa y llana. Al reconocer las olas en tu vida y no reaccionar de forma automática, podrás apreciar que tienes más calma.

Surfear cayendo y levantándose

Mi hijo acaba de nacer. Tengo 25 años y el olor a recién nacido impregna toda la casa como el perfume de flores exóticas. Es mi primer hijo y me he enamorado de él al instante. Me encuentro inmersa en una nube grande y rosada. Siempre será tan dulce e inocente ... Imagina mi asombro, mi total desasosiego, cuando a partir del primer día mi hijito no cesa de llorar. Rojo de cólera, mojado por sus lágrimas saladas.

Tan pronto como lo pongo en su cuna, deja oír su llanto como el rugido de una sirena. Sin cesar, sus reservas parecen inagotables. Como si pensara que yo no supiera que está ahí. Mi enfado y frustración van aumentando de manera equivalente a la producción de sonido. Me cuesta no reaccionar de pura impotencia, agotada toda mi atención y paciencia, y no ponerlo encima del cambiador de mala manera, diciéndole: "¡Basta de llorar! ¡Yo no quiero esto!".

El llanto ininterrumpido, ningún momento de tranquilidad, concluir que con toda seguridad soy una mala madre (¿por qué lloraría si no fuera así?) me hicieron llegar a sentirme completamente desesperada en un sin fin de ocasiones. Solo cuando dejé la puerta totalmente abierta a mi propio cansancio y a todas mis dudas ("Todo el mundo puede, menos yo"), pude aceptar que evidentemente, mi hijo era un "bebé llorón". Ello me dio espacio para otra actitud:

• Finalmente pude abrirme a mi realidad: un bebé que lloraba lleno de moquitos, y yo, una madre joven, pálida y extenuada, camino de un burn-out.

• Tuve que aceptar que la realidad no era la nube rosada y la madre perfecta. Todo lo contrario, aquello era un trabajo arduo, dormir poco, la angustia por la lactancia. Me sentía mucho más insegura de lo que creía. Y mi bebé no era el bebé ideal que muestran las fotografías de la revista Ser Padres.

• Un lastre cayó de mis hombros a partir de reconocerlo y aceptarlo. Dejé de querer que las cosas fuesen distintas de como eran y me centré en como eran realmente: tenía un bebé que lloraba y que necesitaba todo mi amor, igual que los que no lloran. Aspiraba y olía su piel suave. Sentía su corazón latir cerca del mío. Volví a enamorarme de él y pude soportar su llanto mejor que al principio. Lo acunaba, a veces durante horas, su piel contra mi piel. Un movimiento suave y oscilante. Hasta que el llanto remitía y, de vez en cuando, cesaba. Relajación, respiración, rendirse, soltar.

• De una doula muy sabia y experta aprendí a acunarlo y a darle el pecho, y también a reservar un tiempo para mí misma y no luchar contra lo que estaba ahí. Su consejo fue: "Dóblate como un árbol joven y flexible". Esto me proporcionaba calma. Mucha calma y relajación. Podía estar aquí, con mi bebé al que amaba con toda mi alma.

Finalmente, cambió mi relación con mis ideas preconcebidas acerca de qué tipo de madre tenía que ser, o de cómo debía haber sido mi hijo. Decidí hacer todo lo que pudiera para ser simplemente una madre, fuera lo que fuera lo que ello significara, con todos sus altibajos y contradicciones. Consciente y curiosa, me encontraba a menudo con sorpresas. Dejaba con más frecuencia que mi mirada fuera menos crítica ... No exigía que las cosas fueran de otra manera de lo que eran ..., y ese fue el comienzo de nuestra amorosa relación de tantos años, en los que espacio, respeto, humor y sinceridad crecieron y florecieron hasta formar dos árboles muy fuertes que pueden resistir mucho, deseándose el uno al otro toda la luz y calor del sol. Mi hijo es ahora una persona maravillosa. Tiene 35 años y se encuentra a punto de iniciar la aventura de ser padre.

Aceptación, presencia y comprensión

Hay tres cualidades básicas que resultan muy relajantes para la –a menudo– ardua labor de ser padres: aceptación, presencia y comprensión. Las tres proporcionan una visión abierta e incondicional, que nos permite ver a nuestros hijos y a nosotros mismos tal como somos en realidad y no como nosotros (u otros) esperamos ser. Ello es la base para que nuestros hijos tengan confianza en sí mismos y sientan que hay un lugar acogedor al que siempre pueden volver, bajo cualquier circunstancia.

(Continues…)



Excerpted from "Tranquilos Y Atentos"
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Copyright © 2013 Editorial Kairós, S.A..
Excerpted by permission of Editorial Kairós.
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Table of Contents

Prefacio de C. André,
1. Introducción,
2. Los padres mindful,
3. LA atención comienza con la respiración,
4. El entrenamiento del músculo de la atención,
5. De tu cabeza a tu cuerpo,
6. Se avecina tormenta,
7. Manejar los sentimientos difíciles,
8. La fábrica de las preocupaciones,
9. Ser amable es divertido,
10. Paciencia, confianza y soltar,
Agradecimientos,
Bibliografía,
Acerca de la autora,
Direcciones útiles,
Ejercicios con audio,

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